'Yo jugué en Primera', Fútbol

Javi Venta, un lateral ‘caro’

La anécdota la recuerda siempre el vicepresidente del Villarreal, José Manuel Llaneza: «Javi Venta nos costó mucho dinero». Y el exlateral asturiano se ríe, consciente de la sorna con la que lo dice uno de sus antiguos jefes. Porque este defensor llegó en 1999 a coste 0 a la entidad amarilla, pero en su trayectoria allí fue devaluando a casi cada uno de sus competidores en el lateral derecho -estos sí, fichados por millones de euros-.

Del Requexón a ese pueblo de Castellón…

…pasando por el barro de la 3ª División y la Segunda B. Ese, el fango, es el denominador común de los primeros años de carrera de Javi Venta. Se crió en la cantera del Real Oviedo, que decidió no seguir contando con él en el filial cuando se lesionó de gravedad. Si confió en el de Pola de Siero un entrenador al que debe mucho, según sus propias palabras: Vicente González-Villamil. A sus órdenes estuvo en el Marino de Luanco y la Gimnástica Torrelavega en la categoría de bronce.

Tras 3 temporadas haciéndose futbolista en los campos del norte, llamó a su puerta ese equipo de un pueblo de Castellón que acababa de vivir el sueño de la Primera División por primera vez: el Villarreal. Javi tenía entonces 23 años, esa edad en la que en este deporte no dejas de ser un chaval pero ya tienes cierta experiencia, la cual puso al servicio del Onda, filial del primer equipo entonces. Aquel año, nuestro asturiano jugó en Tercera.

Lanzado hacia Primera

Y algo bueno debió de hacer Javi Venta en Onda porque saltó tres categorías en dos años. La temporada 00-01 la disputó cedido en el Racing de Ferrol, en Segunda División; y la siguiente en Tenerife, en su estreno en la máxima categoría de nuestro fútbol.

Con el equipo isleño debutó en Primera un 26 de agosto del 2000 en el Heliodoro Rodríguez López. Con derrota, eso sí, por 0-2 ante el Alavés, preámbulo de lo que iba a ser un año malo para el conjunto chicharrero, que acabaría descendiendo. Javi Venta jugó aquella temporada 29 partidos y marcó un gol en el Real Madrid 4-1 Tenerife. No he conseguido el momento de aquel gol, pero sí el instante en el que expulsan al Bichi Fuertes ya con 3-1 en el marcador:

Comienza su idilio con el Villarreal

Verano de 2002. Tras hasta 3 cesiones, Javi Venta llega otra pretemporada más a Villarreal. Pero en esta ocasión recibe una buena noticia: esta vez sí tiene hueco en el primer equipo, y en Primera. Aquella sería la primera de las 9 temporadas que el lateral derecho pasaría en El Madrigal, hoy La Cerámica.

En su puesto empezó compitiendo con todo un campeón del mundo: Belletti. Y el brasileño fue el único que impidió a Javi Venta ser titular indiscutible en Villarreal. Aún así, aquellas dos temporadas de convivencia con Juliano jugó 40 partidos. Nada mal.

A continuación el submarino amarillo ficharía por 2 millones de euros a Armando Sá. Pero nuestro defensa disputó 32 partidos como titular; el esquema se repetiría con el prometedor Kromkamp en la 05-06. El neerlandés acabó saliendo en invierno eclipsado por Venta, y a Villarreal llegó Josemi desde el Liverpool campeón y supercampeón de Europa. Nada. No había quien pudiera con el 17.

En paralelo a la historia de amor de Javi Venta con el Villarreal el equipo crecía en Liga… y en Europa. Tras varios años clasificándose para la Copa de la UEFA vía Intertoto, la 05-06 es la temporada del debut en Champions League. Lo que fue en principio un regalo para disfrutar se convirtió en una posibilidad real de llevarse el trofeo de no ser por aquel penalti marrado por Riquelme en semifinales contra el Arsenal. Un partido histórico del club en el que fue titular el lateral asturiano.

Tras aquel final amargo del sueño europeo, el Villarreal no despegó los pies del suelo y siguió haciendo las cosas bien con Manuel Pellegrini en el banquillo. Lo mismo que se puede decir de Javi Venta. Es cierto que Josemi tuvo más protagonismo en la 06-07, pero fue un espejismo, porque la titularidad solo se la quitaría Ángel en su último año en Villarreal, en la 2009-2010. Último año… hasta ese momento.

Fin de contrato y mudanza a Valencia

Tras 8 temporadas, Javi Venta no renovaría con el Villarreal en el verano de 2010. Con 34 años y una carrera en la élite más que contrastada, el Levante de Luis García se haría con sus servicios para seguir jugando en Primera. Lo hizo durante 2 temporadas, y lo hizo, cómo no, de titular: 59 partidos en 2 años.

Después, Javi regresaría a aquel Villarreal que bajó a Segunda División en la 12-13 en una muestra de compromiso con el equipo castellonense. Tras ayudar al ascenso, acabaría sus días como futbolista en el Brentford inglés.

En total, Javi Venta disputó 270 partidos en Primera y marcó 2 goles. 172 partidos y 1 gol son sus registros con el Villarreal en la máxima categoría de nuestro fútbol. Fue un zaguero que supo explotar su capacidad de trabajo, física y táctica para suplir sus carencias técnicas. Es un ídolo para los aficionados groguets y un ejemplo de la cara B de la filosofía de este club milagroso: contar con una base sólida de jugadores formados en su cantera que contraste con fichajes de más relumbrón. Una cantera de la que Javi Venta es una de sus primeras piedras.

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Iturraspe, el pulmón del mejor Athletic de la década

Solo una persona acertó la adivinanza que lancé este lunes por redes sociales respecto al protagonista de esta semana en ‘Yo jugué en Primera’. Buscaba a un jugador que jugó una final de Copa del Rey, que hizo un partidazo en Old Trafford, que estuvo en un 11 ideal de una temporada de LaLiga, que fue entrenado por Ernesto Valverde y que provocó la expulsión de Cristiano Ronaldo.

Me dijisteis Eneko Bóveda, Gurpegi, Gabi y hasta Crespo, aquel lateral del Córdoba que le marcó y exasperó en el Nuevo Arcángel. Pero el futbolista al que me refería es Ander Iturraspe, uno de los representantes del mejor Athletic Club de la década 2010-2020, al menos para mí: el de Marcelo Bielsa.

Con el argentino, este centrocampista de corte defensivo jugó a un gran nivel, dando mucho equilibrio y sosteniendo una medular por Ander Herrera y De Marcos. Fue aquel año cuando el Athletic –y aquí están 2 de las pistas– jugó dos finales: en la Copa del Rey y en la UEFA Europa League después de una exhibición de fútbol en Old Trafford ante el Manchester United en octavos de final.

El equipo bilbaíno llegaba a una final europea 35 años después después de sortear rivales de la talla del PSG, el Schalke 04 y el propio United. En aquel partido histórico, no obstante, caería ante el Atlético por 3-0, resultado idéntico cosechado en la final de Copa ante el Barcelona.

Los inicios de Iturraspe

En cualquier caso, la trayectoria de Iturraspe en el fútbol profesional comenzó unos años antes. Natural de Abadiño (Bizkaia), ingresó muy joven en Lezama y fue formándose en las categorías inferiores del club rojiblanco hasta llegar al primer equipo con Joaquín Caparrós. Ander no tiró la puerta abajo ni mucho menos. Tímido como dicen que es quien le conoce, fue ganando confianza y protagonismo poco a poco. De hecho, en las tres primeras temporadas solo jugó 36 partidos.

Fue en el verano de 2011 cuando llegó Bielsa al Botxo e Iturraspe empezó a carburar a toda máquina. El ‘Loco’ lo puso de titular desde el principio y el de Abadiño respondió. El rendimiento del equipo no fue bueno al instante. El estilo alegre y ofensivo del míster argentino tardó en calar en la plantilla, y el Athletic no ganó hasta la jornada 7 en Anoeta ante la Real Sociedad. Pero una vez los jugadores asimilaron conceptos y se congraciaron con el entrenador, llegaron buenos resultados. Aquel año, Iturraspe jugó 35 partidos y anotó su primer gol en Liga: fue ante el Rayo en San Mamés, y es una muestra de que el mediocampista era más que un jugador defensivo y táctico:

Este partido, por cierto, tiene una curiosidad. Es la jornada 2 de Liga, pero la primera en disputarse realmente por la huelga de la Asociación de Futbolistas Españoles.

El siguiente año, Iturraspe seguiría siendo fundamental para Bielsa en el once, disputando 30 partidos, 27 de ellos como titular. Sin embargo, las bajas de Javi Martínez y Fernando Llorente dejaron al equipo tocado: fue eliminado de la Copa del Rey y de la Europa League a las primeras de cambio, y acabó 12º en Liga después d coquetear muchas jornadas con el descenso. Fue, además, la última temporada del viejo San Mamés.

Llega Valverde… y llega la Selección

Al terminar la temporada 12-13 se acaba la etapa de Bielsa en Bilbao y llega (vuelve) un ilustre del Athletic: Ernesto Valverde. Con él, Iturraspe seguiría siendo muy importante en otra gran temporada del equipo: acaba 4º, se clasifican para la previa de Champions League y obtiene su récord de puntos en Liga (70). El de Abadiño disputó 33 partidos en la competición doméstica y fue incluido, junto a su compañero Laporte, en el once ideal de la temporada de la Liga de Fútbol Profesional.

Es, además, la temporada de otra de las pistas: la de la expulsión de Ronaldo en San Mamés después de un manotazo a Gurpegi y una trifulca con el propio Iturraspe (y todo el Athletic, la verdad)

Aquel gran año le valió a Iturraspe la llamada de Vicente del Bosque para jugar con España. Estuvo en la preselección para ir al Mundial de Brasil, pero finalmente quedó fuera. Debutó y jugó los 90 minutos en un amistoso contra Bolivia, y solo jugaría otro partido con la Roja ante Francia en septiembre de 2014.

2014-2015: Comienzan las lesiones

La segunda temporada de Valverde en el banquillo del Botxo es la del regreso a la Champions League y, por tanto, un año de mucha ilusión en Bilbao. El Athletic empezó cargándose al Nápoles en la fase previa con una muy buena eliminatoria de Iturraspe, pero se estancó en la fase de grupos y acabó cayendo a la Europa League. En las competiciones nacionales, el rendimiento fue notable, acabando en 7ª posición en Liga y llegando a otra final de Copa, de nuevo perdida contra el Barça por 1-3.

En cuanto al de Abadiño, en febrero de 2015 empieza su pesadilla con las lesiones musculares. Esta primera le saca de los terrenos de juego varias jornadas y, cuando vuelve, no termina de recuperar su sitio. Además, su ausencia coincide con una gran segunda vuelta del equipo en contraste con una desastrosa primera mitad.

A partir de entonces, la carrera de Iturraspe deja de brillar. En la 15-16 apenas juega 16 partidos, aunque gana su primer y único título: la Supercopa de España. El siguiente año recupera algo de protagonismo (24 partidos), pero habitualmente desde el banquillo.

Con José Ángel Ziganda como entrenador en la 17-18 Iturraspe regresa al once tras superar otra lesión muscular y disputa 30 partidos, pero la temporada es muy mala para el equipo, quedando en 16ª posición y ganando solo 10 encuentros.

La 18-19 es la última de Iturraspe en el Athletic y disputa solo 3 partidos con Eduardo Berizzo, primero, y Gaizka Garitano después en el banquillo, en otro año marcado por las lesiones.

Salida al Espanyol

Quien le conoce decía en Marca que su aventura en Barcelona iba a durar poco. Y así fue. Iturraspe fichó por el Espanyol en la pretemporada de 2019. Jugó poco en Liga -8 partidos-, y bastante en Europa League y en Copa hasta la eliminación del equipo. Acabó acumulando 18 encuentros en un año aciago para el conjunto perico que acabó consumando su descenso a Segunda División.

Después de eso, y a pesar de tener solo 31 años, Iturraspe ha decidido retirarse del fútbol. Dicen que fue tentado en verano por el Sabadell, por el Birmingham e incluso que le llegaron ofertas de Australia y China. Pero, una vez más, nos encontramos a un tipo coherente con su forma de ser: alguien casero, apocado, al que ya le costó dejar su pueblo y sus amigos para jugar en el Athletic, por lo que ha preferido volver a su tierra a ganar más dinero con el deporte. Lo hace con un gran bagaje: 240 partidos y 3 goles en Liga, y más de 300 choques con el Athletic, siendo el segundo jugador del club en alcanzar esa cifra en el siglo XXI tras Yeste.

Foto: as.com

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Gudjohnsen, un islandés en el Mediterráneo

Seguramente es el mayor talento que ha dado el modesto e incipiente fútbol islandés en su historia. Desde luego, es el máximo goleador histórico con la selección de ese país (26 goles en 88 partidos) y el islandés, de los cinco que han jugado en España, que más partidos y tantos ha anotado en la Liga: 72 encuentros y 10 goles. Es Eidur Smári Gudjohnsen, y jugó en el Barcelona.

Este delantero ultra-nórdico llegó a Can Barça en la temporada 2006-2007 después de hacerlo muy bien en el Chelsea. Marcó 52 goles en 6 temporadas en la Premier sin ser un 9 puro. Su carrera comenzó en el Valur de su país cuando apenas era un niño, con 15 años. Pasó por PSV, Rejkýavik y Bolton Wanderers antes de recalar en los ‘blues’, donde le marcó a su siguiente club en unos octavos de final de vértigo en Stamford Bridge. 4-2 ganó el Chelsea aquel choque.

Gudjohnsen era un mediapunta de mucha clase, aunque, y sin que sirva de precedente tirando de tópicos, algo frío. En el equipo azulgrana jugó 72 partidos e hizo 10 goles. Su participación fue de más a menos: 14, 12 y 11 titularidades. Lo fichó Frank Rijkaard, algo que se notó cuando llegó Pep Guardiola al banquillo, que dejó de contar con él.

En la ciudad condal ganó títulos: una Supercopa de España y el famoso triplete en la primera temporada del entrenador de Santpedor: Liga, Copa y Champions League. Tras su etapa culé, después de tres temporadas y ya con 31 años, recorrió el mundo, casi literalmente: jugó en el Mónaco, Tottenham, Stoke City, Fulham, AEK, Círculo de Brujas, Brujas, de nuevo en el Bolton, Shijiazhuang Ever Bright de China, el Molde y el Pune City, de India. Siete países en total, más los cuatro (Islandia, Países Bajos, Inglaterra y España) donde ya había jugado antes.

Su fútbol le dio para llegar a la pasada Eurocopa de Francia en 2016, histórica para Islandia por ser la primera vez que llegaba a una fase final de un torneo internacional de este calado. Ahora, con las botas colgadas, ve cómo dos de sus hijos van a jugar en las categorías inferiores del Real Madrid. Casualidades de la vida.

Foto: us.as.com

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Farinós: la Comunidad Valenciana, de arriba a abajo

Escribir sobre el futbolista de esta semana es hacerlo sobre uno de los que, como aficionado al Hércules que soy, más he aplaudido en el José Rico Pérez: Francisco Javier Farinós. Ese centrocampista pequeñito con una clase y un físico soberbio, cuando las lesiones en el pubis, por desgracia bastante habituales en su carrera, le dejaban. Y además, y de ahí el título de esta entrada, debe de ser de los pocos jugadores que ha jugado en cuatro equipos valencianos de las tres provincias en Primera División. Pero empecemos por el principio:

Farinós formaba parte de la cantera del Valencia cuando Jorge Valdano lo llama para el primer equipo en la temporada 96/97, donde se mantendría en las cuatro siguientes temporadas. Llegó a un equipo en el alambre y acabó siendo campeón de Copa del Rey, Supercopa de España y jugando una final de Liga de Campeones. En su primer año en Mestalla jugó 18 partidos y anotó 1 gol: fue precisamente ante el Hércules, en un partido con lío, y gordo, en los aledaños el estadio alicantino.

Durante las siguientes temporadas, el centrocampista se convirtió en un fijo en el once para los tres entrenadores que tuvo: Valdano, Claudio Ranieri y Héctor Cúper. El valenciano disputó, entre 1997 y 2000, 97 partidos con la elástica che, en los que marcó 9 goles. También partió de inicio en uno de los partidos históricos de la entidad: su primera final de Champions League, la del 2000, ante el Real Madrid. Además, José Antonio Camacho lo llamó para jugar con la Selección Española en dos ocasiones.

Aquel sería uno de los últimos partidos de Farinós con el Valencia, antes de protagonizar un traspaso récord para la época: 19 millones de euros por fichar por el Inter de Milán. Su etapa en Italia no fue tan fructífera como le hubiese gustado, en gran parte por sus problemas en el pubis, aunque compartió vestuario con estrellas como Ronaldo, Seedorf, Zanetti o Toldo, a quien sustituyó en la portería en un partido europeo después de que el meta transalpino fuera expulsado. ¿Dónde? En Mestalla:

Tras dos años y medio en el Inter, el Villarreal le recuperaba como cedido para la Liga española en el invierno de 2003. Farinós tenía entonces 24 años, y ayudó a la salvación del equipo amarillo jugando 21 partidos y anotando 2 goles.

El Inter contó con él en su regreso al Calcio en la temporada 2003/2004, pero Farinós acaba jugando apenas 16 partidos, por lo que el siguiente verano vuelve definitivamente a nuestro país para firmar por el Mallorca, donde pasa las dos siguientes temporadas y donde juega 46 partidos y consigue 4 goles.

2006 supone un punto de inflexión en la trayectoria de Farinós. Finaliza su etapa en Palma y se queda sin equipo. Prueba en el Charlton Athletic de Inglaterra, pero no le contratan. Farinós pasa su peor época como futbolista aquel verano. Él mismo confesó, en una entrevista en El País, que para no pensar se iba a descargar camiones con un amigo. Una llamada del director deportivo del Hércules -y amigo personal- a una semana de que empiece el campeonato de Segunda le salva.

No obstante sus primeros pasos en Alicante no fueron como a él le hubiesen gustado. Su falta de ritmo pasa factura a su rendimiento y no cuaja una buena temporada. Sin embargo, a partir de 2007 las tornas se vuelven a su favor y Farinós cuaja tres grandes temporadas que culminan con ascenso a Primera División en 2010. Un ascenso para el que el centrocampista quería estar sobre el césped, por lo que juega los 4 últimos meses de la temporada lesionado, arrastrando esto hasta finales de enero en la vuelta del Hércules a Primera División. Cómo le echó -le echamos- de menos en el Rico Pérez. Jugó solo 12 partidos aquella temporada, e hizo 1 gol, pero qué gol:

El descenso del Hércules y una oferta del Levante para seguir en Primera convencieron al valenciano para enrolarse en las filas granotas. Cuarto equipo de la Comunidad en el que Farinós jugaría. En su año en Orriols, el mediocampista fue titular en 18 de los 30 partidos en los que contó con él Juan Ignacio Martínez, y el equipo hizo el mejor año de su historia: sexto clasificado, con billete para la Europa League.

Su último club fue un viejo conocido: el Villarreal. Farinós ‘baja’ a Segunda División para intentar devolver al submarino a la élite. Lo consigue, pero su pubis sigue dándole problemas, por lo que en 2014, ya en Primera, decide retirarse definitivamente en el mes de febrero, con 35 años.

Foto: cope.es

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Heinz Veloz, un pionero muy efímero

De un rara avis va hoy la cosa. A muchos aficionados al fútbol el nombre de Heinz Barmettler Veloz les pasa desapercibido. Es muy lógico. Es un futbolista que solo disputó un partido en Primera División, y que más allá de nuestras fronteras tampoco marcó una época. Pero en España sí se le adjudica un hito: fue el primer jugador dominicano en jugar en nuestra liga.

He dicho que quizás muchos futboleros no se acuerden ni sepan quién es Heinz. Digo más: ni siquiera, quizás, los de su propio club en nuestro país, el Real Valladolid. Heinz jugó un solo partido en la temporada 13/14. Fue en la jornada 2, en El Madrigal ante el Villarreal. El conjunto pucelano perdió 2-1 y este central zurdo salió de titular junto a Mariño; Rukavina, Marc Valiente, Bergdich, Gilberto; Peña, Álvaro Rubio, Óscar, Jesús Rueda y Javi Guerra. El encuentro no pasa a la historia: los blanquivioletas se adelantaron con gol de Javi Guerra y los locales remontaron con tantos de Giovani dos Santos y Cani. No fue, además, un buen año en Pucela, ya que descendieron a Segunda.

Pero para los frikis de los datos como yo, ahí está el hito. Aunque Heinz Veloz, en realidad, nació en Suiza, se nacionalizó dominicano, país de origen de su madre. En el país alpino creció y se convirtió en profesional jugando con el Grasshopper B y el Zürich, equipo con el que jugó la Champions League contra el Real Madrid, Milan y Olympique de Marsella en la fase de grupos de la temporada 09/10. Tras seis años allí, ficha por el exótico Inter de Bakú de Azerbaiyán y por el Vaduz de Liechtenstein antes de recalar en el Valladolid. De ahí pasó al Cibao, de la República Dominicana, y vuelta a Europa para jugar en el filial del Friburgo antes de retirarse, en 2016, por sus continuas lesiones de cadera. Ha sido también internacional en 11 ocasiones con su selección, la número 152 en el ranking FIFA.

Él fue el primer dominicano, pero actualmente ya contamos cuatro jugadores. Tras Heinz, han jugado en Primera Tano Bonnín (Osasuna), Mariano (Real Madrid) y, este año, Junior Firpo con el Real Betis.

Foto: cope.es

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Rivas: central de un Betis histórico

244 partidos oficiales con la camiseta del Real Betis son muchos partidos. Si además añades que nuestro protagonista ganó una Copa del Rey y jugó en la única edición de la Champions League en la que ha participado el conjunto verdiblanco, la importancia es mayor. Y es que en el Benito Villamarín todos recuerdan con cariño a David Rivas.

Formó una de las parejas de centrales más icónicas del beticismo, junto al internacional español Juanito. De hecho, algún amigo bético me ha confesado que el bueno era Rivas. Cuestión de opiniones… En cualquier caso, seguro que muchos le recordáis: un central zurdo, alto (1,90 metros), corpulento de los que asustaban. Iba muy bien por alto. Y sobre todo, hombre de club. El sevillano debutó de la mano de Carlos Griguol en la temporada 99/00, de mal recuerdo para su afición, ya que el Betis bajó a Segunda. Pero aquello fue dar un paso hacia atrás para saltar, y bien lejos, hacia delante.

El equipo volvió por la vía rápida a Primera División y en lo siguientes cuatro años no bajaría del noveno puesto en la clasificación. Especialmente fructífera fue la temporada 2004/2005. El Betis acabó cuarto en Liga, lo que le dio el pase para la ronda previa de la Champions League por primera vez en su historia. Pero sobre todo, aquel año fue especial por la victoria en la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón ante Osasuna (2-1). Así lo recordaba Carlos Herrera en Canal Sur:

Un gol de Dani en la prórroga daba un título a los de Heliópolis 28 años después. Rivas fue titular en aquella final, pero una lesión le obligó a retirarse antes de acabar los 90 minutos reglamentarios.

La temporada siguiente, la 05/06, empezaba bien pronto para el zaguero y su Betis. El Mónaco esperaba al equipo verdiblanco en la previa de la Champions League. Los sevillanos llegaron al Principado con 1-0 a favor en la ida, y un golazo de Ricardo Oliveira posibilitó un empate a 2 y una clasificación histórica para el club. Rivas jugó ambos partidos. Una anécdotas: fijáos que en este resumen al Betis, en el rótulo del marcador, lo escriben como «SEV»:

David Rivas participaría en 5 de los 6 partidos de la fase de grupos que jugó el Betis en la Champions en la temporada 2005/2006. Un año histórico en Europa, si bien no en Liga. A partir de entonces, el equipo no sería el del primer lustro de la década, y tras cuatro años en la zona media-baja de la tabla, volvió a dar con sus huesos en Segunda División. Además, David Rivas era cada vez menos protagonista en las alineaciones. El Betis se quedó a las puertas del ascenso y Rivas salió del club después de 11 temporadas, 244 partidos oficiales y 9 goles.

 

Travesía por Rumanía y Huesca

Tras salir de la entidad bética, David Rivas probó suerte en el Vaslui rumano en la temporada 10/11. Allí solo jugó un año. Echaba muchísimo de menos a su familia y a sus dos mellizos que nacieron cuando él estaba allí, como reconoce en esta entrevista llena de curiosidades en ABC. Al volver a España y antes de retirarse, jugó dos temporadas con el Huesca de Segunda División.

Ahora, Rivas forma parte de PromoSport, una agencia de representantes donde es intermediario en la delegación de Andalucía.

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Sylvinho: talento brasileño para Celta y Barça

Llegó a Balaídos en 2001 procedente del Arsenal. Estuvo tres temporadas en Vigo, y dejó detalles de calidad como este:

Sylvio Mendes Campos Junior, ‘Sylvinho’, le metía este gol al Barcelona en su segunda temporada en el Celta. En el club celeste estuvo tres temporadas. Allí llegó procedente de Inglaterra, donde jugó dos años en el Arsenal, siendo titular habitual con Arsène Wenger. Sylvinho empezó su etapa profesional en el Corintianhs brasileño, donde en cinco temporadas lo ganó todo a nivel nacional: dos Brasileirãos y una copa doméstica.

Las tres temporadas en el Celta dejaron un buen recuerdo en la afición de Balaídos. Sylvinho era un lateral izquierdo típico brasileño: talentoso con el balón en los pies, gustaba de recorrer la banda y llegar con soltura al ataque, donde destacaba más que en defensa. En el equipo gallego jugó 107 partidos y anotó un gol. Formó parte de un equipo que hizo historia, con dos participaciones en la Copa de la UEFA y una, la única hasta la fecha, en Champions League. Un año agridulce, la temporada 03-04, que también significó el descenso del equipo a Segunda División y la marcha de muchas de sus estrellas, Sylvinho entre ellas.

De esta manera, el brasileño llegaba al Barcelona. En el Camp Nou nunca fue titular indiscutible, pero lo ganó todo. Sylvinho tuvo que competir con Gio Van Bronckhorst y Eric Abidal para jugar, pero disfrutó de una de las mejores etapas en la historia culé, primero con Frank Rikjaard y después con Pep Guardiola en el banquillo. En 5 temporadas en Can Barça jugó 89 partidos y metió 2 goles. Ganó 3 Ligas, dos Supercopas de España, dos Champions y una Copa del Rey. Y además, aprendió catalán:

Al salir del Barça, Sylvinho fichó por el Manchester City, en la que iba a ser su última temporada en Europa, la 09/10. Además, jugó 6 partidos con la Selección Brasileña.

Tras su retirada, el brasileño ha ejercido de segundo entrenador en varios equipos de su país como Cruzeiro, Sport Recife, Náutico y Corintianhs, además de en el Inter de Milán. Actualmente es asistente técnico del combinado carioca.

Foto: elpais.com

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Claudio López: el Piojo que picó a Mestalla

Corren tiempos convulsos en el Valencia Club de Fútbol. La entidad che vive una temporada de malos resultados, sobre todo en Mestalla, que le dejan más cerca del descenso que de los puestos de acceso a competiciones europeas. Tampoco ha sido el año del club ni en Champions League, ni en Europa League ni en la Copa del Rey. En la grada valencianista echan de menos tiempos mejores en el que disfrutaban de referencias en el terreno de juego, como lo era Claudio Javier López.

El argentino fue una auténtica referencia ofensiva en el Valencia de finales de siglo XX y principios del XXI. Llegó a Paterna en el verano de 1996, tras una temporada en la que el conjunto blanquinegro había alcanzado un inesperado segundo puesto de la mano de Luis Aragonés. En ese mercado de fichajes se marcharon del club valenciano Mijatovic, Viola y Mazinho, base de aquel subcampeón de Liga.

Para paliar esas bajas, la entidad de Mestalla estructuró su plantilla a base de estrellas reconocidas en su última etapa y nuevos jóvenes valores. Entre las primeras, Romario o un joven Karpin; entre las segundas, el Piojo.

En su primer año, Claudio López lo tuvo difícil. Tras la destitución del Sabio de Hortaleza, no gozó de la total confianza de Jorge Valdano. En esa temporada, el ariete solo hizo 3 goles en 32 partidos.

La 97-98 empezó mal para el Valencia y para el Piojo. Valdano casi le deja sin ficha por exceso de extracomunitarios, y el club ocupó puestos muy bajos en la clasificación. El entrenador argentino fue cesado en la jornada 4 y al banquillo llegó Claudio Ranieri. Y la suerte del delantero valencianista cambió. El fútbol de contraataque del preparador italiano favorecía a Claudio López por su velocidad. El de Río Tercero anotó esa temporada 12 goles en otros 32 encuentros. Dos de ellos, en esta memorable victoria valencianista en el Camp Nou:

La explosión definitiva del Piojo se produjo en el siguiente año. Con Ranieri en el banquillo y una plantilla para la Historia del Valencia (Cañizares, Angloma, Djukic, Carboni, Mendieta, Farinós, Milla, Angulo o Illie, entre otros), el equipo ganó la Copa del Rey en una final memorable ante el Atlético. Además, Claudio López quedó segundo en la tabla de goleadores con 21 tantos en 32 partidos, solo por detrás de Raúl.

La temporada 99-00 supuso otro hito en la trayectoria del conjunto che y del Piojo López. El Valencia comenzó ganando en agosto la Supercopa de España frente al Barcelona y acabó alcanzó la final de la Champions League, en la que perdió por 3-0 frente al Real Madrid. Era la última final con el Valencia para el goleador argentino, que en ese año acumuló 11 goles en 34 choques disputados. En total, 182 partidos y 72 goles con el club de Mestalla.

 

Posteriormente, Claudio López fichó por la Lazio italiana. Después volvería a su continente para jugar en el América de México, el Racing de Avellaneda, el Kansas City Wizards y el Colorado Rapids.

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