'Yo jugué en Primera', Fútbol

Jugovic: el NO heredero de Pantic

Otro colchonero más para ‘Yo jugué en Primera’. Si hace unos días hablábamos de Serena, esta lo haremos de un compañero de vestuario suyo esa temporada 98/99: Vladimir Jugovic. Este volante serbio (por entonces, aún yugoslavo) llegó aquel año a la entidad rojiblanca con la vitola de pertenecer a una generación de oro de su país, la que llegó con el Estrella Roja a ganar la Liga de Campeones (por entonces, aún Copa de Europa) en 1991.

Jugovic ya era un veterano curtido en varios equipos de élite. No solo triunfó en la antigua Yugoslavia con el Estrella Roja, sino que cuajó buenas temporadas en Italia con la Sampdoria, la Juventus y la Lazio. Así que Arrigo Sachi apostó por él para el Atlético. Pero la cosa en Madrid no cuajó: solo estuvo un año, en el que jugó poco –17 partidos, aunque marcó 5 goles, uno de ellos realmente bueno, de chilena, ante la Real Sociedad en los octavos de final de la Copa de la UEFA:

Aitor Zabaleta

Hagamos un paréntesis en la etapa de Jugovic en el Atleti. Partido en el Vicente Calderón ante la Real Sociedad de competición europea. 8 de diciembre de 1998. A todo aficionado al fútbol le suena el nombre de Aitor Zabaleta, el hincha realista que murió cosido a puñaladas por un ultra neonazi minutos antes del partido. Jugovic, que anotó otro gol de penalti en ese choque, vio empañada su, quizás, mejor actuación en España, por la locura de un bárbaro.

Volviendo a lo estrictamente deportivo, más allá de esta chilena, Jugovic pasó lastimeramente por el Atlético, decíamos. Lesiones cada poco tiempo que hicieron sospechar al club y que le restaron continuidad, y quizás la sombra de otro balcánico que sí tuvo éxito en el Manzanares y que acababa de abandonar el equipo: Milinko Pantic.

A final de temporada, Jugovic, ya con 30 años, fichó por el Inter y regresó a Italia. Después de dos temporadas, jugó en el Mónaco, el Wäcker Modling austríaco y el Rot Weiss Ahlen alemán, donde colgó las botas en 2005. Además de su carrera en clubes, el centrocampista fue internacional con Yugoslavia en 41 partidos, disputando el Mundial de Francia 98 y la Eurocopa de Bélgica y los Países Bajos del 2000. Torneo en el que, seguro que os acordáis, jugó contra España en fase de grupos, en aquel partido que acabó metiéndonos en cuartos con gol agónico de Alfonso.

Foto: marca.com

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Serena, o ‘The Italian’ Atleti

A finales de los 90, el Atlético tocó el cielo y bajó al infierno en poco tiempo. Del doblete de Liga y Copa de la 95-96 al descenso a Segunda de la 99-00. En un periodo aún más reducido de años dentro de ese lustro, por el club rojiblanco pasaron unos cuantos italianos por primera vez en la historia del club. Todo el mundo se acuerda del primero y más exitoso: Vieri, que en la 97/98 hizo 24 goles en 24 partidos. Pero en ‘Yo jugué en Primera’ hoy vamos a hablar de, quizá, el segundo italiano que mejor recuerdo dejó en el Vicente Calderón: Michele Serena.

Serena llegó al Atleti en la temporada 98/99, de la mano de Arrigo Sachi. Junto a él, Jesús Gil fichó a Torrisi. Serena venía de una larga trayectoria en el Calcio, donde jugó en Juventus, Verona, Sampdoria y Fiorentina. A diferencia de Torrisi, que apenas disputó una quincena de partidos, Serena jugó casi todo: 35 partidos en Liga, 10 en UEFA y 6 en Copa del Rey. Todos, menos uno, de titular. Se hizo con el lateral izquierdo tanto para Sachi como para Carlos Sánchez Aguiar y Radomir Antic, técnicos que pasaron por el banquillo colchonero en una temporada bastante mala que, a posteriori, parece un anticipo de la siguiente, en la que bajan a Segunda.

El defensa italiano, además, marcó 3 goles. Todos, entre las jornadas 21 y 30: al Extremadura (5-0), al Celta (2-1), y en Anoeta ante la Real Sociedad (3-2). Y todos ellos en las primeras partes. Aquí tenéis el muy buen tanto que metió ante el equipo de Almendralejo (y si os fijáis en el resumen entero, hay unas pancartas con el lema «Libertad» en uno de los fondos, seguramente debido a que un juez ordenó esa semana el ingreso en prisión de Gil por la publicidad de Marbella en las camisetas del Atlético).

Como ha ocurrido habitualmente con los italianos en el Atleti, Serena solo estuvo un año en el Manzanares. No porque el club no quisiera retenerle, sino porque, como Vieri, él quiso retornar a Italia. Alegó «motivos familiares».

Fichó por el Parma, fue convocado por la selección italiana (con la curiosidad de que es el jugador que menos minutos ha disputado con la Azurra: 5) y acabó sus días como futbolista en todo un Inter de Milán, en la temporada 02/03.

Ahora, Michele Serena es entrenador en su país, donde ha dirigido equipos modestos como el Venezia y el Spezia Calcio.

Foto: 20minutos.es

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Farinós: la Comunidad Valenciana, de arriba a abajo

Escribir sobre el futbolista de esta semana es hacerlo sobre uno de los que, como aficionado al Hércules que soy, más he aplaudido en el José Rico Pérez: Francisco Javier Farinós. Ese centrocampista pequeñito con una clase y un físico soberbio, cuando las lesiones en el pubis, por desgracia bastante habituales en su carrera, le dejaban. Y además, y de ahí el título de esta entrada, debe de ser de los pocos jugadores que ha jugado en cuatro equipos valencianos de las tres provincias en Primera División. Pero empecemos por el principio:

Farinós formaba parte de la cantera del Valencia cuando Jorge Valdano lo llama para el primer equipo en la temporada 96/97, donde se mantendría en las cuatro siguientes temporadas. Llegó a un equipo en el alambre y acabó siendo campeón de Copa del Rey, Supercopa de España y jugando una final de Liga de Campeones. En su primer año en Mestalla jugó 18 partidos y anotó 1 gol: fue precisamente ante el Hércules, en un partido con lío, y gordo, en los aledaños el estadio alicantino.

Durante las siguientes temporadas, el centrocampista se convirtió en un fijo en el once para los tres entrenadores que tuvo: Valdano, Claudio Ranieri y Héctor Cúper. El valenciano disputó, entre 1997 y 2000, 97 partidos con la elástica che, en los que marcó 9 goles. También partió de inicio en uno de los partidos históricos de la entidad: su primera final de Champions League, la del 2000, ante el Real Madrid. Además, José Antonio Camacho lo llamó para jugar con la Selección Española en dos ocasiones.

Aquel sería uno de los últimos partidos de Farinós con el Valencia, antes de protagonizar un traspaso récord para la época: 19 millones de euros por fichar por el Inter de Milán. Su etapa en Italia no fue tan fructífera como le hubiese gustado, en gran parte por sus problemas en el pubis, aunque compartió vestuario con estrellas como Ronaldo, Seedorf, Zanetti o Toldo, a quien sustituyó en la portería en un partido europeo después de que el meta transalpino fuera expulsado. ¿Dónde? En Mestalla:

Tras dos años y medio en el Inter, el Villarreal le recuperaba como cedido para la Liga española en el invierno de 2003. Farinós tenía entonces 24 años, y ayudó a la salvación del equipo amarillo jugando 21 partidos y anotando 2 goles.

El Inter contó con él en su regreso al Calcio en la temporada 2003/2004, pero Farinós acaba jugando apenas 16 partidos, por lo que el siguiente verano vuelve definitivamente a nuestro país para firmar por el Mallorca, donde pasa las dos siguientes temporadas y donde juega 46 partidos y consigue 4 goles.

2006 supone un punto de inflexión en la trayectoria de Farinós. Finaliza su etapa en Palma y se queda sin equipo. Prueba en el Charlton Athletic de Inglaterra, pero no le contratan. Farinós pasa su peor época como futbolista aquel verano. Él mismo confesó, en una entrevista en El País, que para no pensar se iba a descargar camiones con un amigo. Una llamada del director deportivo del Hércules -y amigo personal- a una semana de que empiece el campeonato de Segunda le salva.

No obstante sus primeros pasos en Alicante no fueron como a él le hubiesen gustado. Su falta de ritmo pasa factura a su rendimiento y no cuaja una buena temporada. Sin embargo, a partir de 2007 las tornas se vuelven a su favor y Farinós cuaja tres grandes temporadas que culminan con ascenso a Primera División en 2010. Un ascenso para el que el centrocampista quería estar sobre el césped, por lo que juega los 4 últimos meses de la temporada lesionado, arrastrando esto hasta finales de enero en la vuelta del Hércules a Primera División. Cómo le echó -le echamos- de menos en el Rico Pérez. Jugó solo 12 partidos aquella temporada, e hizo 1 gol, pero qué gol:

El descenso del Hércules y una oferta del Levante para seguir en Primera convencieron al valenciano para enrolarse en las filas granotas. Cuarto equipo de la Comunidad en el que Farinós jugaría. En su año en Orriols, el mediocampista fue titular en 18 de los 30 partidos en los que contó con él Juan Ignacio Martínez, y el equipo hizo el mejor año de su historia: sexto clasificado, con billete para la Europa League.

Su último club fue un viejo conocido: el Villarreal. Farinós ‘baja’ a Segunda División para intentar devolver al submarino a la élite. Lo consigue, pero su pubis sigue dándole problemas, por lo que en 2014, ya en Primera, decide retirarse definitivamente en el mes de febrero, con 35 años.

Foto: cope.es

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Abraham Paz: entre Cádiz y Hércules, con ese penalti de por medio…

Hablar de Abraham Paz es hacerlo de ese central elegante y contundente que vistió la camiseta del Cádiz nada menos que 9 temporadas: entre la 98-99 y la 2007-2008. Nacido en El Puerto de Santa María, Abraham procede de familia de futbolistas modestos: su padre, Manolo Paz, jugó en el Jerez Industrial, su tío, Francis, en el Cádiz, y su hermano pequeño, José Manuel, fue conocido futbolísticamente como Chiqui y defendió las camisetas del Portuense, el Conil o el Granada Atlético.

Pero quizás Abraham Paz es, de la saga, el que más lustre le ha dado a la familia en materia futbolística. Con el Cádiz jugó en Segunda B, Segunda y Primera División. 211 partidos y 25 goles en liga. Son bastantes tantos para un defensa, y es que el andaluz tenía un idilio con el gol, y más que eso: con los momentos históricos o las cifras redondas. Durante años, fue el lanzador de penaltis del Cádiz, y dos lanzamientos desde los 11 metros suyos le dieron a su equipo dos ascensos: a Segunda, contra la Universidad de Las Palmas, en 2003, y a Primera, contra el eterno rival amarillo, el Xerez, en 2005.

En la máxima categoría, Abraham Paz jugó 22 partidos, 20 como titular, y anotó 1 gol: fue en la jornada 26, ante el Espanyol, al que el Cádiz ganó 2-0. Sin embargo, el conjunto gaditano volvió rápido a Segunda, y la caída continuaría imparable, como le ocurre a muchos equipos, hasta Segunda B, adonde daría con sus huesos solo dos años después y con Abraham Paz y un penalti como protagonista.

Aquel penalti ante su próximo club: el Hércules

Este capítulo en la vida deportiva de Abraham Paz casi merecería una entrada aparte. Jornada 42 de la temporada 2007-2008. Estadio José Rico Pérez. El Hércules, sin nada en juego, recibe a un Cádiz que se juega la vida. Al término de los 90 minutos se llega con empate a 1 y el árbitro señala un penalti en el área local bastante riguroso, por mano de Manu Sánchez. Era el minuto 96 y el gol salvaba a los amarillos. Otra vez Abraham Paz al rescate. Pero esta vez…

Esa vez el central falló desde los 11 metros y condenó al Cádiz a bajar a Segunda B. Abraham Paz, lo ha explicado muchas veces, estuvo un mes sin salir de casa por aquello. Casualidades del destino, aquel verano salió de la Bahía destino… Alicante. A partir de ahí, entre ambos equipos se inició una rivalidad que llega hasta hoy, con dos enfrentamientos en playoffs de ascenso a Segunda donde el Cádiz se ha tomado su particular revancha.

Volviendo al verano de 2008, el Hércules le fichaba para intentar subir a Primera, algo que consiguió en su segunda temporada en el equipo blanquiazul. En Primera, el portuense fue titular en 29 partidos con los alicantinos, y marcó 2 goles. Uno de ellos en una goleada 4-1 al Málaga. Eran tiempos felices en la Costa Blanca:

Pero una segunda vuelta desastrosa provocó otro paso efímero del Hércules y de Abraham Paz por la élite del fútbol español. El zaguero, a partir de aquí, inició un itinerario que le llevó por Cartagena y Sabadell, en Segunda, y que ha acabado en Israel, donde ha jugado en el Maccabi Tel-Aviv y en el Bnei Sakhnin, club donde, a sus 39 años, aún milita.

Foto: as.com

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