'Yo jugué en Primera', Fútbol

Luis Cembranos: recuerdos del Rayo ‘europeo’

Hablar de uno de los mejores Rayos de Primera es volver a la temporada 99/00, cuando el equipo acabó en novena posición y acabó clasificándose para la extinta Copa de la UEFA gracias a ser el equipo menos amonestado de Europa. No obstante, aquel equipo fue líder en las 4 primeras jornadas de Liga. Y en aquel equipo jugó nuestro protagonista de hoy: Luis Cembranos.

Este centrocampista de recorrido, buen toque y llegada al área rival nació en Lucerna (Suiza), ya que sus padres emigraron allí por motivos laborales. Es de la quinta del Mini (con paso intermedio por el Figueres), aquellos canteranos talentosos del Barcelona de Johann Cruyff (Óscar, Roger, Toni Velamazán, Quique Martín y De la Peña). Debutó con el primer equipo en la máxima categoría, disputando 3 partidos en la competición doméstica y 1 en Liga de Campeones.

Sin embargo, como acabó ocurriendo con sus compañeros del filial culé, Cembranos acabó cruzando la acera de la capital condal para jugar en el Espanyol. Allí se consolidó como futbolista de Primera. Jugó en 4 temporadas 70 partidos, y marcó 5 goles, aunque nunca fue un titular fijo para ninguno de los entrenadores que tuvo.

Para ver al mejor Luis Cembranos habría que esperar a que fichara por el Rayo, algo que hizo en el invierno de 1999, con el club en Segunda. Lo suyo en Vallecas fue llegar y besar el santo. Él mismo lo define como «la etapa más bonita de su vida«, al menos sus primeros años en Madrid. El centrocampista fue titular en esa media temporada, en la que disputó 21 partidos y anotó 6 goles. Para colmo, el Rayo subió a Primera.

Si esa temporada fue buena para el equipo franjirrojo, la 99/00 fue para enmarcar. Aquel Rayo de Keller, Poschner, Cota o Míchel no solo se salvó holgadamente, sino que acabó clasificándose para Europa gracias a su juego limpio. Cembranos, indiscutible: 35 partidos y 4 goles, fue el segundo jugador más utilizado por Juande Ramos. Además, le llegó el premio de jugar con España en el mes de enero.

El hispano-suizo siguió siendo protagonista en la siguiente temporada, la del estreno europeo. En Liga jugó menos, aunque marcó 9 goles, siendo el segundo máximo artillero del equipo. En la UEFA, alcanzó los cuartos de final, y solo el Alavés subcampeón lo apeó de la competición

A partir de ahí el centrocampista perdió paulatinamente protagonismo en el Rayo de Primera debido a una lesión de rodilla. En las siguientes dos temporadas solo jugó 25 partidos, y además el cuadro de Vallecas acabó con sus huesos en Segunda. Aún peor fue su final con la franjirroja, con un descenso a Segunda División B muy inesperado en la 03/04. Luis Cembranos acabó su etapa como futbolista en el Ponferrada Promesas.

Entrenador y vuelta a casa

En la actualidad, Luis Cembranos es entrenador. Ha sido el principal responsable de los banquillos de Huracán Z y Cultural Leonesa, ha acompañado a Luis Milla en sus aventuras en Lugo y Zaragoza, y ahora se encarga de entrenar al filial del Rayo. Un sueño para él, que ahora puede devolverle a un club que lleva «en el corazón» un final diferente al que firmó cuando dejó el equipo como futbolista, en Segunda B.

Además, si el Rayo 99/00 fue un ejemplo de juego limpio, sus chavales del Rayo B también lo son. En noviembre, esta temporada, se enfrentaban a Los Yébenes. El Rayo Vallecano B había marcado el 1-0 con un rival lesionado, en el suelo. En la siguiente jugada, por orden de Cembranos, se dejó empatar. El Rayo B acabó ganando 4-1.

Foto: cope.es

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Iván Ania: oviedismo de Primera

Jugó 9 temporadas con el Real Oviedo, 7 de ellas en Primera División. Por eso Iván Ania es uno de los últimos representantes de este club en la máxima categoría, ya que el club asturiano disputó su última temporada en la máxima categoría en la 2000/2001.

Iván Ania debutó en el Oviedo de Primera en 1995 y a lo grande: en el derbi local por excelencia, ante el Sporting, en el antiguo Carlos Tartiere. Un partido especial, no solo por estrenarse en un partido así, sino porque era la última jornada en casa y el adiós de uno de los buenos jugadores que pasó por el equipo carbayón: Robert Prosinecki. Ania jugó 35 minutos y el Oviedo ganó por 1-0.

La temporada siguiente este interior zurdo de indudable clase fue ganando protagonismo con Ivan Brzic en el banquillo. Jugó 23 partidos y anotó 1 gol. La temporada siguiente, la 96/97, con Juanma Lillo de entrenador, el centrocampista alternó primer equipo y un necesitado filial. A partir de entonces, Iván Ania fue un indiscutible en las cuatro últimas temporadas hasta la fecha del club azulón en Primera División. En total, Ania jugó 156 partidos y metió 11 goles. Él fue testigo del cambio de estadio, del viejo Carlos Tartiere al nuevo, con el mismo nombre. Y él vivió una tragedia que marcó la última temporada del Oviedo en Primera: la muerte de su compañero Peter Dubovski en un accidente fatal, al caer por una catarata en Tailandia.

La ausencia del ’10’ eslovaco no pudo ser contrarrestada con la ilusión por estrenar nuevo estadio y el Real Oviedo se fue a Segunda División en la 00/01 después de una segunda vuelta desastrosa. Iván Ania permaneció en el equipo tras el descenso, pero este canterano carbayón dejó el club empezada la 01/02 para probar suerte en el Tenerife de Primera.

Su temporada en la isla no fue mala (28 partidos y 4 goles), pero de nuevo vivió un descenso a la categoría de plata. Tras él, Iván Ania jugó cuatro temporadas consecutivas en Segunda: dos más en Canarias, con el Rayo Vallecano (donde bajó a Segunda B tras un año aciago) y con el Nàstic.

A principios del verano de 2005 el interior zurdo volvió a fichar por un club de Primera: el recién ascendido Cádiz. Fue el primer fichaje de un equipo que volvía a la élite tras una década pululando por Segunda B y Segunda, pero su estancia fue efímera. El equipo gaditano perdió la categoría e Iván Ania jugó sus últimos 9 partidos en Primera.

A partir de entonces, Lorca Deportiva en Segunda, un año en blanco en el que aprovechó para sacarse el Título Nacional de Entrenador, Covadonga en Tercera y la vuelta al Real Oviedo, en la temporada 09/10 en Segunda B fueron las últimas camisetas de Iván Ania. Un centrocampista zurdo, internacional en categorías inferiores con la Selección Española que encarna perfectamente el espíritu de este blog: el de los currantes que se han tenido que buscar la vida y pasar por varios equipos para cumplir su sueño de jugar en la élite.

Ahora, Iván Ania dirige desde el banquillo al Villanovense extremeño en Segunda B. Antes, hizo lo propio con el Covadonga, el Vetusta (filial oviedista) y el Caudal, en su tierra, Asturias, con quien consiguió ascender a la división de bronce del fútbol español. En este vídeo, el exfutbolista repasa su trayectoria:

Foto: vavel.com

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Rivas: central de un Betis histórico

244 partidos oficiales con la camiseta del Real Betis son muchos partidos. Si además añades que nuestro protagonista ganó una Copa del Rey y jugó en la única edición de la Champions League en la que ha participado el conjunto verdiblanco, la importancia es mayor. Y es que en el Benito Villamarín todos recuerdan con cariño a David Rivas.

Formó una de las parejas de centrales más icónicas del beticismo, junto al internacional español Juanito. De hecho, algún amigo bético me ha confesado que el bueno era Rivas. Cuestión de opiniones… En cualquier caso, seguro que muchos le recordáis: un central zurdo, alto (1,90 metros), corpulento de los que asustaban. Iba muy bien por alto. Y sobre todo, hombre de club. El sevillano debutó de la mano de Carlos Griguol en la temporada 99/00, de mal recuerdo para su afición, ya que el Betis bajó a Segunda. Pero aquello fue dar un paso hacia atrás para saltar, y bien lejos, hacia delante.

El equipo volvió por la vía rápida a Primera División y en lo siguientes cuatro años no bajaría del noveno puesto en la clasificación. Especialmente fructífera fue la temporada 2004/2005. El Betis acabó cuarto en Liga, lo que le dio el pase para la ronda previa de la Champions League por primera vez en su historia. Pero sobre todo, aquel año fue especial por la victoria en la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón ante Osasuna (2-1). Así lo recordaba Carlos Herrera en Canal Sur:

Un gol de Dani en la prórroga daba un título a los de Heliópolis 28 años después. Rivas fue titular en aquella final, pero una lesión le obligó a retirarse antes de acabar los 90 minutos reglamentarios.

La temporada siguiente, la 05/06, empezaba bien pronto para el zaguero y su Betis. El Mónaco esperaba al equipo verdiblanco en la previa de la Champions League. Los sevillanos llegaron al Principado con 1-0 a favor en la ida, y un golazo de Ricardo Oliveira posibilitó un empate a 2 y una clasificación histórica para el club. Rivas jugó ambos partidos. Una anécdotas: fijáos que en este resumen al Betis, en el rótulo del marcador, lo escriben como «SEV»:

David Rivas participaría en 5 de los 6 partidos de la fase de grupos que jugó el Betis en la Champions en la temporada 2005/2006. Un año histórico en Europa, si bien no en Liga. A partir de entonces, el equipo no sería el del primer lustro de la década, y tras cuatro años en la zona media-baja de la tabla, volvió a dar con sus huesos en Segunda División. Además, David Rivas era cada vez menos protagonista en las alineaciones. El Betis se quedó a las puertas del ascenso y Rivas salió del club después de 11 temporadas, 244 partidos oficiales y 9 goles.

 

Travesía por Rumanía y Huesca

Tras salir de la entidad bética, David Rivas probó suerte en el Vaslui rumano en la temporada 10/11. Allí solo jugó un año. Echaba muchísimo de menos a su familia y a sus dos mellizos que nacieron cuando él estaba allí, como reconoce en esta entrevista llena de curiosidades en ABC. Al volver a España y antes de retirarse, jugó dos temporadas con el Huesca de Segunda División.

Ahora, Rivas forma parte de PromoSport, una agencia de representantes donde es intermediario en la delegación de Andalucía.

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Damià: profesionalidad por bandera

Allá donde ha ido, ha cumplido. Barcelona, Racing, Betis y Osasuna saben que Damià Abella era, sobre todo, el futbolista profesional que se lo dejaba todo en el campo. Este lateral derecho espigado (mide 1,88 metros), comenzó su carrera futbolística profesional en el Figueres, el club de su ciudad, en Segunda División B. Era la temporada 03/04 y enseguida un grande se fijó en él: el Fútbol Club Barcelona llama a su puerta la siguiente temporada para incorporarlo al filial, que también militaba en esa categoría.

Su buena temporada y las bajas en el primer equipo hicieron que esa misma temporada Frank Rikjaard lo utilizara hasta en 9 partidos. Damià seguro que no olvida un vestuario con Ronaldinho, Eto’o, Xavi o Puyol. Esa temporada, el Barça ganó la Liga.

A mitad de la siguiente temporada, después de pasar por una lesión en la cadera, Damià sale cedido al Racing de Santander. Iba a ser su primera oportunidad en Primera División con la promesa de tener minutos, y el catalán no defraudó. En medio año, jugó 18 partidos y metió 3 goles. Sus entrenadores en El Sardinero -Manolo Preciado y Nando Yosu- le pusieron habitualmente de extremo derecho, una posición en la que Damià también se ha desenvuelto bien a lo largo de su carrera gracias a su recorrido y calidad técnica. Este fue uno de sus tantos como racinguista:

Tras la experiencia en Santander, el gerundense volvió a Barcelona aunque apenas le dio tiempo a deshacer la maleta. El Betis lo fichó, pero la lesión en la cadera de la temporada anterior le dejó en blanco el primer año. Fue en la temporada 07/08, con Héctor Cúper en el banquillo, cuando Damià volvió a jugar habitualmente: 26 partidos, de nuevon retrasando su posición a la de lateral diestro. El año siguiente volvió a ser importante, anotando además 2 goles, aunque el equipo verdiblanco bajó a Segunda División. Damià continuó en la categoría de plata en Sevilla siendo un jugador importante, antes de su siguiente etapa…

En la temporada 10/11, Damià fichó por Osasuna. Con Juanfran Torres y Nelson por delante, no parecía que el catalán fuera a disfrutar de muchos minutos. De las cuatro temporadas que pasó en Pamplona, fue, de hecho, en la que menos jugó, pero acabó siendo utilizado en 27 encuentros. Nada mal.

A partir de ahí el lateral iba a convertirse en un jugador polivalente para los entrenadores de El Sadar. Osasuna carecía de un lateral izquierdo de garantías y Damià comenzó a ser usado como parche para acabar casi adueñándose de esa posición, siendo diestro. Eso ocurrió ya en la temporada 11/12, cuando disputó 30 partidos, casi todos en esa demarcación. Una situación que se prolongó en las siguientes temporadas. En total, Damià jugó 120 partidos con Osasuna en 4 años.

Durante esta etapa se ganó el cariño de la afición rojilla. Muestra de ello es el premio que la Federación de Peñas osasunista le entregó en 2014. Él mismo reconoce en varias entrevistas que en Pamplona encontró su lugar. Así se despidió de Osasuna el lateral:

Investigado

Damià se retiró en 2015 después de probar suerte en el Middlesbrough inglés. Sin embargo, su carrera futbolística se vio momentáneamente manchada por la corrupción futbolística al ser imputado en la investigación del llamado ‘caso Osasuna’, por desvíos de dinero y amaño de partidos. Finalmente, y tras declarar ante el juez, la acusación contra él, Patxi Puñal, Sergio García y Jorge Molina fue archivada.

Ahora Damià ha vuelto a los orígenes como segundo entrenador en la Unió Esportiva Figueres, que actualmente milita en Tercera División. También juega partidos con los veteranos del Barcelona.

Foto: marca.com

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